Allí
llamaron a los padres y ellos desesperados fueron a donde estaba
Marta, cuando la vieron se quedaron asombrados y se pusieron a llorar
porque no parecía
ella. Marta estuvo durante un año en el centro para ver si se
recuperaba, poco a poco fue
mejorando. Al cabo del tiempo, cuando iba a regresar a su casa, los
padres no quisieron acogerla
porque no creían
que ella estuviese del todo bien, entonces ella nerviosa empezó
a gritar diciendo que iba a cambiar prometiendo que iba a buscar
trabajo para conseguir dinero y ayudarlos con los gastos económicos,
decidieron perdonarla y volvió
todo a la normalidad.
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